miércoles, 8 de abril de 2009


En este mundo que nunca llegaré a entender los vientos del destino soplan cuando menos lo esperamos. A veces soplan con la furia de un huracán, y a veces apenas te acarician la mejilla. Pero no podemos rechazar los vientos, pues a menudo traen un futuro que es imposible ignorar. Tú eres el viento con el que yo no contaba, el viento que ha soplado con más fuerza de la que yo podia imaginar. Tú eres mi destino. Me equivoqué, me equivoqué del todo al ignorar lo que era evidente, y ahora te pido que me perdones. Como un viajero prudente, intentaba protegerme del viento, y lo que conseguí fue perder mi alma. Fue una tonteria ignorar mi destino, pero hasta los tontos tienen sentimientos, y me he dado cuenta de que tú eres lo más importante que tengo en este mundo. Pero sobre todo me equivoqué al negar lo que para mi corazón era evidente: que no puedo vivir sin ti.

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